Entre los fieles que se encontraban en la plaza San Pedro de Roma para la audiencia papal del miércoles, 24 de junio, se encontraba también el astronauta espacial Ronald Garan. Al final de la audiencia pudo saludar personalmente al Santo Padre. Es el comandante americano que del 31 de mayo al 14 de junio del 2008 participó en la operación para transportar y añadir el módulo del laboratorio japonés “Kibo” (esperanza) a la estación espacial internacional.
Como recordamos, en esa operación llevó consigo una reliquia de Santa Teresita,
que desde entonces circula por el espacio a bordo del Discovery Shuttle.
En la operación del 2011 llevará al espacio otra reliquia.
La primera idea se la dieron las Carmelitas Descalzas de New Caney (Texas), cuando él les pidió oraciones para su empresa espacial. Ellas se acordaron de la voluntad de Santa Teresita, que proféticamente manifestaba:
“Tengo la vocación de apóstol ... quisiera recorrer la tierra, predicar tu nombre y plantar tu cruz gloriosa en el mundo infiel. Amado mío, una sola Misión no mebastaría. Quisiera anunciar el Evangelio al mismo tiempo en los cinco continentes, y hasta en las islas más remotas ... Quisiera ser misionera no sólo por unos años, sino haberlo sido desde la creación del mundo hasta la consumación de los siglos …”
(Ms B 3rº).
El astronauta Garan con su familia ha creado la asociación “Manna Energy Foundation”, que con la tecnología de la NASA y financiación de la ONU ha desarrollado un sistema para conseguir agua potable en los poblados de Rwanda y para instalar paneles solares en escuelas y hospitales.
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