Pasado el «huracán de gloria» que envolvió a Teresa del Niño Jesús en torno a su canonización y a sus numerosos patronatos, en especial el de las misiones, su culto y su devoción han quedado consolidados y remansados con el tiempo, de modo que hoy es una de las santas más conocidas y populares de la cristiandad. Su imagen, en altar o en repisa, está presente en numerosos templos, especialmente en Europa, América y lugares de misión. Su efigie está mundialmente difundida. Hasta la filatelia y la cinematografía se han ocupado de difundir su faz, su nombre y su mundo.
Sobre todo se ha dilatado y profundizado su influjo en el área del pensamiento y en los dominios de la teología y de la espiritualidad. Es universal su magisterio espiritual como lo ponen de manifiesto sus escritos esparcidos por todo el mundo en continuas ediciones y traducciones a todas las lenguas.
Sobre todo se ha dilatado y profundizado su influjo en el área del pensamiento y en los dominios de la teología y de la espiritualidad. Es universal su magisterio espiritual como lo ponen de manifiesto sus escritos esparcidos por todo el mundo en continuas ediciones y traducciones a todas las lenguas.
PP. Tomás Alvarez y Vicente Martínez Blat, ocd.
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