Desde la primera infancia, se había sentido en su corazón una atracción especial hacia el convento de las Carmelitas. Esta inclinación se hizo aún más pronunciada, mientras estudiaba la vida y las cartas de San Juan de la Cruz. En algún lugar de sus escritos, dio expresión a la idea: "El más pequeño movimiento de puro amor es más útil a la Iglesia que todas las obras conjuntas." El amor puro no le permitía tener en cuenta su propio beneficio, sino que apuntan directamente a la mayor honra y gloria de Dios. En consecuencia, la más de sus propias pasiones que ella podía renunciar, y cuanto menos se hizo apegado a las cosas de este mundo, la más perfecta sería ella capaz de satisfacer la llamada súplica de Cristo en la Cruz: "Tengo sed".
Rev. Albert M. Hutting (La vida de la pequeña flor)
Rev. Albert M. Hutting (La vida de la pequeña flor)
Solo paso para saludar, felicitar por el blog esta lleno de espiritualidad. Doy gracias y reconozco todo el trabajo que dedica a este sitio.
ResponderEliminarBendiciones desde Monterrey Mx.
Que lindo comentario Daniel, es muy bueno el gesto de detenerte en tu marcha, para dar un aliento a alguien. Dios te pague!!
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