cómo la cuidaba en ausencia del resto de la familia cuando todas las tardes salía a dar un paseo, así como el arrullo de su voz, hecho canción, para que durmiera.
Destaca el interés de Leonia para contentarla en todo.
Y aquí emerge de nuevo uno de los sentimientos más nobles de Teresita:
no podía disgustar a quien tanto se desvivía por ella.
Lo llevará al terreno de la fe y acabará en un conocimiento de Dios
cuajado de misericordia y de bondad.
El conocimiento propio se ilumina desde el conocimiento del amor de Dios.
Y Teresita, comentando la delicadeza y la atención de su madre para con ella y Leonia,
resalta la ternura del corazón de las madres.
Otra convicción que aplicará sin ninguna reticencia a Dios, la más tierna de todas las madres.
Y nos emplaza a descubrir los mil detalles previsores con que constantemente nos obsequia.
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