Cada acto de Teresita es el magisterio de Jesus... eso es su vida, su libro!..
Y no una autobiografia. Teresita es la realidad docente y vivencial
que ilumina los oscuros rincones de la vida humana.



domingo, 24 de octubre de 2010

¿Cómo se relaciona Teresa con su mundo?


Diríase que de una manera radical, con tres modalidades diversas:

•Momento de ruptura muy neto; ya antes de su Primera Comunión, en el viaje que hizo a Alençon, hizo su "entrada en el mundo". Conoció los halagos de la burguesía y se sintió seducida. Por eso agradece al señor el haberla alejado: "Dios me ha hecho la gracia de no conocer el mundo más que o justo para despereciarlo y alejarme" (A32v). Para ella el mundo es prácticamente la expresión de lo contrario a Jesús. Me atrevería a decir incluso que eso es porque está protagonizado por los ricos y nobles, cuando Jesús vino a los pobres.

•Para Teresa el encuentro con Dios se hace en las menudas realidades de cada día. Se opone tajantemente a cualquier espiritualidad evasiva. Es una actitudprofundamente emparentada con lo que hoy llamamos compromiso temporal, en circunstancias tan distintas.

•Al final de su vida, cuando la asalta la enfermedad y su prueba contra la fe, su reacción es de solidaridad con los impíos (C5v-6-v). Ahora experimenta en carne propia lo que es el "materialismoateo" que antes creía sólo fruto de la mala voluntad, y se sienta a la mesa con los pecadores. Supera el paternalismo de los justos y se identifica con los obreros de la Comuna que mataron al Arzobispo de París. Este universalismo amoroso de Teresa la excluye implícitamente de esta clase burguesa y demasiado privilegiada, de la que ha salido, donde ha crecido su vocación pero sobre la cual pesan tantas responsabilidades sociales, para ir, como Cristo, al encuentro del extranjero, del separado. Teresa se siente profundamente hermana de los hombres que viven en la pobreza.


De: Monografías: Santa Teresa de Lisieux

martes, 19 de octubre de 2010


Teresa había sido la hija preferida de su padre; era tan alegre, atractiva y amable, que los dos sufrieron intensamente cuando llegó el momento de la separación. Pero no le cabía la menor duda de que ésa era su vocación y desde el principio se determinó a ser santa. Aunque la salud de Teresita era muy delicada, no deseó ninguna dispensa de la austera regla y no le fue dada ninguna. Sufría intensamente por el frío y por el cansancio de cumplir con algunas de las penitencias físicas y exteriores que la Regla acostumbraba.
“Soy un alma muy pequeña, que sólo puede ofrecer cosas muy pequeñas a Nuestro Señor,” dijo en una ocasión, “pero quiero buscar un camino nuevo hacia el cielo, muy corto, muy recto, un pequeño sendero…Estamos en la era de los inventos. Me gustaría encontrar un elevador para ascender hasta Jesús, pues soy demasiado pequeña para subir los empinados escalones de la perfección…”.


“La Florecita”, como muchos la llaman, encontró su elevador, que la llevó velozmente por entre períodos oscuros de sufrimiento espiritual, por entre largas noches de dolor corporal, hacia arriba, siempre arriba, hasta que al fin estuvo segura en brazos de su amado Jesús. Antes de morir, terminó su autobiografía, L’Histoire d’un Alme (La Historia de un Alma), escrita a petición de su Superiora. Ha sido traducida a muchos diferentes idiomas, y está llena de belleza, sabiduría y valor, y por ella podemos saber algo de la santidad de Teresita, pues explica cómo hizo de sí misma un juguete de Cristo. Hiciera lo que hiciera, estaba segura de su amor.

lunes, 11 de octubre de 2010

Oración para el abate Bellière



J.M.J.T.

Jesús mío, te doy gracias por haber colmado uno de mis mayores deseos:
el de tener un hermano sacerdote y apóstol...

Me siento sumamente indigna de este favor; sin embargo, ya que has querido concederle a tu pobre y humilde esposa la gracia de trabajar de manera especial por la santificación de un alma destinada al sacerdocio, te ofrezco por ella, muy contenta, todas <1> las oraciones y los sacrificios de que puedo disponer; te pido, Dios mío, que no mires a lo que soy, sino a los que debiera y quisiera ser, es decir una religiosa totalmente abrasada en tu amor <2>.

Tú sabes, Señor, que mi única ambición es hacerte conocer y amar, y ahora mi deseo se va convertir en realidad. Yo no puedo hacer más que orar y sufrir, pero el alma a la que te has dignado unirme con los lazos de la caridad irá a combatir a la llanura para conquistarte corazones, mientras yo, en la montaña del Carmelo, te pediré que le des la victoria.

Divino Jesús, escucha la oración que te dirijo por el que quiere ser tu misionero, guárdale en medio de los peligros del mundo <3>, y hazle sentir cada día más la vanidad y la nada de las cosas pasajeras y la dicha de saber despreciarlas por tu amor. Que su sublime apostolado se ejerza ya desde ahora sobre los que lo rodean, y que sea un apóstol digno de tu Sagrado Corazón<4>..

¡María, dulce Reina del Carmelo!
a ti te confío el alma de este futuro sacerdote cuya indigna hermanita soy.
Enséñale ya desde ahora con cuánto amor tocabas tú al divino Niño Jesús y lo envolvías en pañales <5>, para que él pueda un día subir al altar santo
y llevar en sus manos al Rey de los cielos.

Te pido también que lo guardes siempre a la sombra de tu manto virginal,
hasta el momento feliz en que, dejando este valle de lágrimas <5>,
puede contemplar tu esplendor y gozar por toda la eternidad
de los frutos de su glorioso apostolado...

Teresa del Niño Jesús rel. carm. ind.



Fecha.: entre el 17 y el 21 de octubre de 1895.
Compuesto para: Mauricio Bellière, seminarista.

1 El subrayado de «todas» responde a la petición del seminarista. Para entender adecuadamente el sentido de esta ofrenda exclusiva, véase el relato de Teresa, Ms C 33vº.
2 Esta es la oración que Teresa pedirá a su hermano que haga por ella, cf Cta 220.
3 Los del cuartel sobre todo, cuando las «huellas de una vida ligera» aún no se han borrado de la mente del joven, como acaba de escribirlo.
4 Una devoción predilecta de M. Bellière, que añade tras su firma: «Guardia de Honor del Sagrado Corazón».
5 Reminiscencia de la oración de Teresa Durnerin, cf Cta 101 y RP 2, nota 25.

martes, 5 de octubre de 2010

"QUERIDA VIRGEN SANTISIMA"



Querida Virgen Santísima, haz que tu Teresita ya nunca más se atormente.

NOTAS. Documento autógrafo. -Fecha: junio (?) 1894. -Publicación: Prières (1988). Dos líneas a tinta, de la mano de Teresa, a continuación de una poesía copiada por sor Inés de Jesús para el 21 de junio, fiesta de la madre María de Gonzaga, después de la primera comunión de Teresa (8 de mayo de 1884, a la que hace alusión). Sería, pues, en torno al 21 de junio cuando Teresa (de once años) escribió esta plegaria. La caligrafía es sin duda alguna la de 1884.

¿Qué sufrimiento «atormentaba» en esas fechas a la niña Teresa que justificase este grito dirigido a María?

El primer Manuscrito puede ofrecernos la respuesta: «...la Santísima Virgen permitió este tormento para bien de mi alma» (Ms A 31rº).

Recordemos los hechos: el 13 de mayo de 1883, Teresa se cura de una enfermedad nerviosa gracias a la sonrisa de la Santísima Virgen. En un primer momento quiere guardar el secreto. Pero María, su hermana mayor, lo descubre y se lo cuenta a las carmelitas. La niña empieza a dudar y cree «haber mentido». Le han robado su «felicidad». Ya no siente más que «humillación» y un «profundo horror» (ibid.).

Su sufrimiento dura, pues, desde hace un año cuando Teresa conjura aquí a la Virgen que la libre de él. Y, en efecto, disfrutará de un período de calma «durante casi un año», 1884-1885 (cf Ms A 32vº). Pero la liberación definitiva no tendrá lugar hasta el 4 de noviembre de 1887, en Nuestra Señora de las Victorias; ese día, «la Santísima Virgen me hizo sentir que había sido realmente ella quien me había sonreído» (Ms A 56vº). «Querida Virgen Santísima»:
Teresa volverá a lanzar esa misma exclamación en su lecho de muerte (CA 30.9.6).

domingo, 3 de octubre de 2010


A veces pintaba o escribía poesías. Nada extraordinario. Dada su debilidad de enferma no pudo seguir todos los actos de comunidad ni practicar las penitencias de la Orden y, sin embargo, avanzaba velozmente hacia la santidad haciendo actos extraordinariamente pequeños pero vivificados por un amor purísimo. Ese es el secreto de su vida espiritual.