«A veces, cuando leo ciertos tratados en los que el camino de la perfección se presenta sembrado de obstáculos, mi espíritu se fatiga pronto; cierro el libro que me rompe la cabeza y me seca el corazón, y abro la Escritura Sagrada. Entonces todo me parece luminoso.., la perfección me resulta fácil».
-Santa Teresita-
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