Cada acto de Teresita es el magisterio de Jesus... eso es su vida, su libro!..
Y no una autobiografia. Teresita es la realidad docente y vivencial
que ilumina los oscuros rincones de la vida humana.



viernes, 21 de noviembre de 2008

El Sufrimiento como Camino al Amor ..


No se puede vivir en el amor sin sufrir, pero todo sufrimiento es dulce cuando se ama: "Estoy verdaderamente contenta de sufrir" (C 4v).


Sufrimiento de sentir su impotencia frente a un amor infinito: "¡Ah! Bien sé que todas nuestras justicias no tienen ningún valor ante tus ojos" (P 23,7).


Sufrimiento de pensar que es rechazado el amor misericordioso que quiere desbordarse sobre todos los hombres: "Tu amor despreciado ¿tendrá que quedarse encerrado en tu corazón? En todas partes es desconocido y rechazado" (A 84r).


A los ojos de Teresa sufrimientos (y alegrías) son ocasiones providenciales para testimoniar a Dios la calidad y la cantidad del amor que la consume por entero: "Mis dolores más hondos, mi dicha y mis penas... acarician tu rostro y te dicen que es tuyo todo mi corazón" (P 34, 1-3).


• El don de fortaleza le hace aguantar los mayores sufrimientos (enfermedades, duelos, pruebas morales): "el día de mi Confirmación recibí fortaleza para sufrir, pues enseguida iba a comenzar el martirio de mi alma" (A 36v).


Pero en nuestros días el sufrimiento sigue siendo un problema. Los hombres han progresado más en la lucha contra el dolor que en la comprensión del sufrimiento que Teresa tan perfectamente ha asimilado: "El sufrimiento me tendió los brazos y yo me arrojé en ellos con amor" (A 69v).


Actualmente se abre paso una nueva perspectiva: el sufrimiento de los "pobres" está presentado por la teología de la liberación como lugar privilegiado del amor.


Pero el sufrimiento de Dios es aún mucho más incomprensible que el de los hombres. Muy reservado sobre el sentido que da a su propio sufrimiento, Jesús se somete totalmente a la voluntad del Padre. Como un eco suyo Teresa dice: "Mi corazón está puesto de lleno en la voluptad de Dios, permanezco en profunda paz" (U.C. 15.7,9).


"Tanto amó Dios al zmundo que le entregó a su Hijo único" (Jn 3, 16).


Al entregar a su Hijo a los hombres, el Padre es el primero en sufrir por ello.

¿Hay acaso un signo más claro del poder salvífico del sufrimiento?

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